Me gustaría ir a Upolu, en las Islas Samoa, donde murió Robert Louis Stevenson, (abajo acuarela de su tumba) entre los polinesios, al que llamaban TUSITALA, o sea el que cuenta historias. Siento que tengo una cita con él y que no puedo faltar.
Bajo el inmenso y estrellado cielo,
cavad mi fosa y dejadme yacer.
Alegre viví y alegre muero,
pero al caer quiero haceros un ruego.
Que pongáis sobre mi nombre este verso:
Aquí yace donde quiso yacer;
de vuelta del mar está el marinero,
de vuelta de monte está el cazador.
(Epitafio de Stevenson, en su tumba)
Antes incluso de aquel día en mi padre me diera como regalo de despedia LA ISLA DEL TESORO, diciéndome "tú también encontrarás un día tu isla del tesoro", Stevenson ya era uno de mis ídolos.
Una colección de poemas como JARDIN DE VERSOS PARA NIÑOS fue uno de los libros que más aprecié.
Gracias a los libros de Stevenson y a ilustradores como Rowlandson, mis manos se pusieron a dibujar de otra manera, me dio la impresión de que se habían independizado de mi cerebro...
Para definir con más precisión lo que me aportó Stevenson, diría que me mostró cómo darle a un relato de aventuras una dimesión poética.
HUGO PRATT
EL DESEO DE SER INÚTIL
Ed. Confluencias 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario