jueves, 12 de abril de 2018

Eclecticismo

Por un sano eclecticismo. Ningún pensador de los considerados «grandes» te puede solucionar él solo la papeleta de tu vida. Todos te dan mucho, sin duda, te ofrecen cosas valiosísimas que también tienen que ver con lo fundamental, con el ánimo y el modo de enfrentar la existencia. Pero todos tienen también sus lugares evidentemente falsos, sus recovecos un tanto sórdidos, sus primeros planos incluso odioso. El genio te aúpa, pero en sus grandes injusticias te puede degradar en igual medida. Por eso se hace preciso escoger, elegir según la propia sensibilidad, la tuya, que en buena medida es también la de una época y un grupo social, con sus grandes falsedades y sus imperdonables injusticias. No habría otro modo de relacionarse con el legado de los clásicos.

Mil razones para el eclecticismo, por mucho que muy a menudo sea imposible la conciliación. Sería un sacrificio excesivo y absurdo descartar en bloque los puntos de vista de un pensador tomando como trinchera los de otro, por muy iluminadores que nos resulten. Tapar a Lacan con Wittgenstein tein tiene en el fondo tan poco sentido como tapar a Wittgenstein con Lacan: no queremos renunciar propiamente a nada, hasta donde esto sea viable.

Mariano Rodríguez González
El sujeto velado
Ed Biblioteca Nueva 2013

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