domingo, 17 de febrero de 2019

Putnam: Ilustración y pragmatismo

Si hoy fuésemos capaces de impulsar un potente movimiento de reconstrucción crítica de nuestra cultura -como en la primera 'Ilustración griega' hicieron a Sócrates, Platón o Epicuro-, estaría a la orden del día una 'Tercera Ilustración', consciente de los puntos ciegos de las dos anteriores, atenta a esas “Ilustraciones olvidadas” que encarnaron las feministas o los defensores de los animales, y animada por valores como libertad, igualdad, solidaridad, sustentabilidad, biofilia...
Notemos para concluir que, si echamos bien las cuentas, esa posible “segunda Ilustración” sería más bien la tercera para Occidente. El filósofo judío estadounidense Hilary Putnam ha insistido en que no existió una sola ilustración, la Ilustración con mayúsculas de los siglos XVII-XVIII, sino tres ilustraciones: la primera vinculada a Sócrates, Platón, Epicuro… y la tercera (sin cristalizar del todo) que según él estaría vinculada a la figura de John Dewey (Ética sin ontología, ed. Alpha Decay 2013):...
PUTNAM:
"Voy a hablar ahora de una tercera «ilustración)), que todavía no se ha consumado o no lo ha hecho del todo, pero que espero que se consumará y por la que vale la pena luchar. Me parece que John Dewey es más representativo de esta ilustración ( que denominaré ilustración pragmatista) que cualquier otro filósofo del siglo pasado. Al igual que las ilustraciones previas, la ilustración pragmatista valoriza la trascendencia reflexiva o, para decirlo con una expresión que empleó el mismo Dewey, la crítica de la crítica, que Dewey identificó con la propia filosofía en Naturaleza humana y conducta, y entendía no sólo la crítica de las ideas recibidas, sino una crítica de nivel mayor, consistente en "mantenerse a distancia" y criticar incluso los distintos modos en que estamos acostumbrados a criticar las ideas recibidas, esto es, una crítica de nuestros modos de crítica.
Y, al igual que la ilustración diciochesca rechaza el modelo meritocrático de Platon para una sociedad ideal de hecho, es difícil encontrar una argumentación mejor contra este modelo que la que Dewey planteó con las siguientes palabras:
«La historia muestra que han existido déspotas benevolentes que quisieron llenar a los demás de bendiciones. No han tenido éxito, salvo cuando sus esfuerzos han adoptado la forma indirecta de cambiar las condiciones bajo las cuales vivían los más desfavorecidos. El mismo principio puede aplicarse a los reformistas y a los filántropos cuando han intentado hacer el bien a los demás de un modo que dejaba a los beneficiarios en la pasividad. Hay una tragedia moral inherente en tales esfuerzos para mejorar el bien común que impide que el resultado sea bueno ni común: no es bueno porque va en detrimento del crecimiento activo de aquellos a los que se ayuda no es común porque aquellos a los que se ayuda no t¡enen arte ni parte en lo que trae como resultado."
https://www.eldiario.es/caballodenietzsche/necesidad-Ilustracion-tercera-echemos-cuentas_6_329027095.html

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