La simpatía es un instinto natural genuino que varía de intensidad según los distintos individuos. Es un precioso instrumento para el desarrollo del entendimiento social y la socialización del afecto; sin embargo, en sí misma, está en el mismo plano que cualquier dotación natural.
Puede conducir al sentimentalismo o al egoísmo; el individuo puede hundirse en escenas de sufrimiento por el dolor que le causa, o puede ir en pos de joviales compañeros por los simpáticos placeres de obtiene.
O puede que la simpatía lo mueva a trabajar por el bien de los demás; sin embargo, a causa de la falta de deliberación y cuidado, puede ser muy ignorante sobre en qué consiste realmente el bien de los demás y hacer mucho daño.
La simpatía instintiva no es imparcial: puede atar a la familia o a las personas más cercanas de tal manera que se las favorezca en detrimento de los demás, y conduzca en la práctica a la injusticia para quienes esté fuera del círculo de afortunados.
John Dewey
citado en
Ética sin ontología
de Hilary Putnam
Ed. Alpha Decay 2013
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