miércoles, 25 de mayo de 2022

MARIO LEVRERO, CUENTOS

 LA MÁQUINA DE PENSAR EN GLADYS (NEGATIVO) Antes de acostarme hago la diaria recorrida por la casa, para controlar que todo esté en orden; la ventana del baño chico, al fondo, está cerrada, y el caballo degollado continúa pudriéndose en la bañera; cierro la puerta. para que el olor no llegue al dormitorio de mi cuñado; en la cocina, la canilla está cerrada y la abro, apenas para que gotee; la ventana está abierta y por ella entran el aire frío de la noche y las gruesas enredaderas del jardín; en la lata de la basura y a su alrededor continúan amontonándose cáscaras de banana, y yerba; en la botella quedan restos de vino tinto, veo que hay moscas flotando, muertas y vivas; el reloj del comedor, cuando yo enciendo la luz, comienza a tocar las doce campanadas y se abre la ventanita del cucú y sale la enorme serpiente, se descuelga interminable hacia el piso y desaparece bajo el aparador; sobre la mesa, los restos del festín, las manchas de vino en el mantel, la bombacha rosada de la mujer gorda y un cabo del habano, encendido aún, del inglés calvo; en la biblioteca todo está en silencio, el desconocido, de espaldas a mí, lee en la oscuridad -y cuando pienso en él me corre un frío por la espalda-; la ventanita alta que da al pozo de aire está abierta, y se escucha el rugido del mar y los gritos de los pescadores nocturnos; el living está lleno de gente, hombres y mujeres dispuestos uno junto a otro, de cara a la pared, los brazos en alto; entro al dormitorio y encuentro en mi cama a la mujer, desnuda; promete despertarme mañana a la hora de siempre: extraigo del cajón de la mesa centenares de paquetes de preservativos, lleno con ellos los bolsillos del pijama, y entro al ropero y cierro la puerta desde adentro. 


Por la madrugada me despierto tiritando. alguien ha abierto la ventanita del ropero y tengo fiebre, estoy bañado en sudor y me duele el ojo izquierdo, pido a gritos un médico o una ambulancia, pero estoy en medio de un campo desolado y no hay quien escuche mis gritos.


MARIO LEVRERO

CUENTOS COMPLETOS

Ramdom House 2019



viernes, 6 de mayo de 2022

Adrienne Rich, Cartografías del silencio

 CARTOGRAFÍAS DEL SILENCIO 

1. 

Una conversación empieza

con una mentira. Y cada 


hablante de la supuesta lengua común siente

la escisión del témpano de hielo, la deriva, 


como impotente, como enfrentado a 

una fuerza de la naturaleza.


Un poema puede empezar 

con una mentira. Y ser hecho pedazos. 


Una conversación tiene otras leyes, 

se recarga con su propia


energía espuria. No puede ser hecha 

pedazos. Se infiltra en nuestra sangre. Se repite. 


Inscribe con su irrevocable estilo 

el aislamiento que niega.


2.

 La emisora de música clásica 

que suena hora tras hora en el apartamento, 


el descolgar y descolgar 

y descolgar de nuevo el teléfono. 


Las sílabas que pronuncian 

el viejo guión una y otra vez. 


La soledad del mentiroso 

que vive en la red formal de la mentira,


que gira los diales para ahogar el terror

bajo la palabra no dicha.


3. 

La tecnología del silencio. 

Los rituales, la etiqueta, 


la difuminación de términos, 

silencio no ausencia 


de palabras o música

o incluso sonidos en crudo. 


El silencio puede ser un plan 

rigurosamente ejecutado, 


el cianotipo de una vida. 


Es una presencia, 

tiene una historia, una forma. 


No lo confundas 

con ningún tipo de ausencia.


4. 

Qué apacibles, qué inofensivas 

me empiezan a parecer estas palabras 


aun empezadas en la pena y la rabia. 

Acaso puedo atravesar esta película de lo abstracto 


sin herirme a mí misma o a ti: 

hay suficiente dolor aquí. 


¿Esto es por lo que suena la emisora de música clásica o de jazz? 

¿para dar un fundamento de sentido a nuestro dolor?


5. 

El silencio que (se) desnuda: 

En La pasión de Juana de Arco de Dreyer, 


la cara de Falconetti, el pelo rapado, una gran geografía 

cartografiada sin voz por la cámara. 


Si hubiera una poesía donde esto pudiera ocurrir 

no como espacios en blanco o como palabras


tensas igual que una piel sobre significados,

sino como se hace el silencio al final 


de una noche durante la cual dos personas

han hablado hasta el amanecer. 


6. 

El grito 

de una voz ilegítima. 


Ha dejado de oírse a sí misma, luego 

se pregunta: 


¿Cómo existo? 


Éste era el silencio que yo quería romper en ti.

Yo tenía preguntas pero tú no contestabas. 


Yo tenía respuestas pero a ti no te servían. 

Esto es inútil para ti y quizá para otros.


7. 

Era un tema viejo hasta para mí: 

El lenguaje no lo puede todo. 


Escríbelo con tiza en los muros donde los poetas muertos 

yacen en sus mausoleos. 


Si a voluntad del poeta 

el poema pudiera convertirse en una cosa: 


un flanco de granito al descubierto, una cabeza erguida 

encendida con el rocío. 


Si eso pudiera simplemente mirarte a la cara

con ojos descarnados, sin dejar que te dés la vuelta 


hasta que tú, y yo que ansío hacer esta cosa,

fuéramos por fin clarificadas a la vez en su mirada.


8. 

No. Déjame tener este polvo, 

estas pálidas nubes que, hoscas, se demoran, estas palabras 


que se mueven con feroz precisión 

como los dedos del niño ciego 


o la boca del recién nacido 

violenta de hambre.


 Nadie me puede dar, hace tiempo que he

 adoptado este método 


bien del salvado desparramándose del saco poco tupido 

o de la llama del quemador Bunsen baja y azul. 


Si de cuando en cuando envidio 

las puras anunciaciones al ojo, 


la visio beatifica, 

si de cuando en cuando ansío volverme 


como el hierofante eleusino

que sostiene una sencilla espiga de grano


 para regresar al mundo concreto y eterno, 

lo que en realidad sigo eligiendo 


son estas palabras, estos susurros, conversaciones 

de las que emerge una y otra vez la verdad húmeda y verde.


1975

Adrienne Rich