(¿ES FILOSOFÍA PARTIR DE UN PRESUPUESTO DE FE RELIGIOSA O SON VÍAS DIFERENTES CON ENTRECRUZAMIENTO DE POESÍA?) La filosofía (al menos desde la modernidad) es ateísmo y mantener algún tipo de fe religiosa (como presupuesto) supone dejar de hacer filosofía... de forma inmediata... total.
El desencanto religioso nace del descubrimiento de que la religión ya no es capaz (suponiendo que algún día lo hay sido) de dar sentido a la vida humana. El gran consuelo metafísico de la religión, su bálsamo existencial, reside sin duda en la pretensión de que el sentido de la vida humana se encuentra más allá de la vida y de la humanidad, y que hemos de orientar nuestra fe en esta dirección, por más que este más allá supere neustras limitadas capacidades cognitivas.
Para mí, la filosofía comienza con el reconocimiento de la literal imposibilidad de dar crédito a esta pretensión: de la quiebra de toda posibilidad de una fe en Dios o en algún equivalente suyo, ya sea vindicado a través de la fe o de la razón.
Esta quiebra tiene un nombre propio, que no es otro que el de modernidad, y la tarea de la modernidad filosófica, al menos en sus experiencias culminantes, consiste en pensar la muerte de Dios en cuanto problema de la finitud.
Tal como observa Heidegger en un sorprendente comentario de 1925, a propósito de Nietzsche: "la investigación filosófica es y ha sido siempre ateísmo, razón por la cual la filosofía puede permitirse la arrogancia de pensar".
Si el ateísmo resultara satisfactorio, la filosofía habría terminado. Un ateo satisfecho no tendría por qué molestarse de filosofar, a no ser como distracción cultural o como método para agudizar su sentido común.
Desde mi punto de vista, sin embargo, el ateísmo no procura satisfacción, sino más bien inquietud. Y de este estado de inquietud parte la dialéctica angustiada y aporética de la filosofía....
"El pensar y el poetizar deben volver en cierto modo al lugar donde siempre han estado, y que al mismo tiempo todavía no han construido. Sin embargo, sólo podemos preparar esa morada en dicho lugar mediante la construcción. Tal construcción apenas puede plantearse levantar una casa para Dios o la morada de los mortales. Debe contentarse con construir el Camino que lleva de vuelta al lugar de la VERWINDUNG de la metafísica, y que este modo nos permite recorrer el carácter de destino de una superación de la metafísica." (Heidegger)
Simon Crichley
Muy poco... casi nada
Ed. Marbot 2007
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