martes, 6 de marzo de 2018

SIMON CRITCHLEY MUY POCO... CASI NADA Sobre el nihilismo contemporáneo

(¿SENTIDO DE LA VIDA?) CINCO RESPUESTAS AL NIHILISMO (El nihilismo supone el colapso del orden del sentido. Como resultado, todo aquello que antes era visto como una fuente trascendente de valor se revela nulo y vacío; no queda ningún lugar en el cielo donde proyectar un sentido para la vida. Todas las pretensiones trascendentes de atribuir un sentido han quedo reducidas a meros valores y estos han perdido toda credibilidad, por lo que se hace necesario lo que Nietzsche llama una "transvaloración")

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Primero, cabe negarse a ver el problema del nihilismo y seguir adelante con una metafísica pre-nihilista, ya sea partiendo de un diálogo con la modernidad filosófica (si uno ha leído algo de Kierkegaard) o no. Esta es la tentación tanto del fundamentalismo religioso (cristiano, judaico, islámico o lo que sea) como el quietismo antimetafísico, que pretende marcar límites a la filosofía para dejar un espacio para una espera religiosa no-cognitiva. (Niegan el problema mediante un retorno a la religión).

Segundo, cabe negarse a ver cualquiera de los dos problemas, es decir, no tener ningún compromiso metafísico y no tener ningún problema por no tenerlo. Esta clase de jovialidad odiosa y agnóstica (muy inglesa) se niega a ver el problema del nihilismo como tal problema, y tan solo lo contempla como un síntoma del malestar de la burguesía liberal centroeuropea del siglo XIX. Un análogo más sofísticado de la misma posición sería pretender simplemente que la filosofía de la historia presupuesta por el nihilismo da una imagen falsa y abiertamente pesimista del mundo moderno. (Convierten el nihilismo en un pseudo-problema mediante una falaz filosofía de la historia).

Tercero, cabe reaccionar pasivamente ante el nihilismo, aceptarlo, como un diagnóstico de la modernidad, cmo una conciencia del absurdo del mundo, pero también como una conciencia de que nada se puede hacer para cambiar las cosas: DON'T WORRY, BE HAPPY. Tal experiencia de recesión y decadencia espiritual (lo que podíamos llamar "Oblomovismo") no es otra cosa que "una mera invitación al conformismo", como afirma acertadamente Raoul Vaneigem.

Cuarto, existe también el nihilismo reactivo, una fueza violenta de destrucción que Nietzsche asocia al anarquismo ruso que se ve a sí misma como la propedéutica necesaria para una revolución de la vida cotidiana. El anhelo de una revolución total puede tomar muchas formas: la transformación romántica y neo-romántica de la modernidad mediante la producción de una gran obra de arte, la revolución marxista, la revolución fascista,... (Demasido reactivo, en sentido nietzscheano, demasiado obsesionado negativamente con aquello a lo que pretende oponerse), y en su deseo maníaco de superar el nihilismo corre el riesgo de no comprender el fenómeno).

Quinta, para tratar de esbozar esta respuesta la cuestión no reside en superar el nihilismo  con un acto de voluntad o en una deconstruccion jubilosa (el peor nihilismo sería ofrecer una visión positiva de un futuro reconciliado posterior a tal supuesta superación),  pues una lógica así no haría sino encerrarnos  aún más en la lógica nihilista que estamos tratando de dejar atrás. Más que superar el nihilismo se trata de DELINEARLO. Se trata de una experiencia LIMINAL, una experiencia deconstructiva del límite que distinga un interior de un exterior del nihilismo y nos prohíba tanto la transgresión como la restauración.

Desde una perspectiva así, ni la filosofía, ni el arte, ni la política pueden redimir por sí solos al mundo; la tarea del pensamiento consiste en una confrontación histórica con el nihilismo que no renuncie a la exigencia de que las cosas puedan ser de otro modo... afirmación de la finitud, de lo ordinario, un ordinario extraordinario, lo que Wallace Stevens llama un retorno a una comprensión simple de las cosas.

SIMON CRITCHLEY
MUY POCO... CASI NADA
Sobre el nihilismo contemporáneo
Ed. Marbot 2007

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