Macrobio comparó extensamente la representación intelectual que procura tomar forma, que se esfuerza por desarrollar sus argumentos en el fondo de la mente del hombre maduro, con el cuerpito embrionario que crece y ex tiende y singulariza sus órganos en el agua tibia y eufórica que contiene, en una bolsa de piel cerrada, por largo tiempo sellada y casi hermética, el vientre materno.
La noética, he noetiké techné, define el arte de hacer surgir los conceptos. La mayéutica, he maieutiké techné, define el arte de ayudar a parir niños. En griego, el maieuma que resulta de ello designa al recién nacido, de la misma manera que el noema designa el contenido del pensamierw to. De tal modo, el noema griego se llama en latín conceptus y desemboca en el francés concepto.
El contenido de pensamiento es algo concebido por el espíritu.
La maieusis designa la tan aterradora metamorfosis activa del parto de las mujeres - no solamente sobre la tierra sino también a la luz del día - que es la reproducción social en sí misma. La maieusis, que renueva las sociedades humanas, remite al dolor natal, a la violencia intrusiva, pneumática, sonora, sangrienta, como la noesis, que designa el movimiento atento de pensar, remite a la contención psíquica y al desgarramiento trágico entre dos tesis hostiles que se enfrentan perpetuamente entre sí.
La maieutria nombra a la mujer “sabia” (sage-femme) y esa extraña “sabiduría” remitió desde el origen al “sabio” que está contenido en “philo-sophos”, es decir, aquel que “ama al sabio”.
Pero si la partera (sage-femme) es elegida por Sócrates porque se trata de su madre, el filo-sabio omite decir que su padre, como la génesis misma (la genética anterior a la reproducción sexual), esculpía. Porque hay una simbólica prelingüística. Hay dos vías: imágenes y palabras, ...
Es la madre como continente. Luego hay un Referente (antes de la división significante/significado de la lengua oral) y es la madre perdida. Es la madre como otro cuerpo, como objeto en el segundo mundo, después del nacimiento y el grito antes del aliento.
De tal modo, la identificación proyectiva sería el primer pensamiento. Es una noesis antes de ser un noema. Es una cacería de lo que se pierde. Una búsqueda de aquello que hemos perdido. Se proyectan contenidos hacia el Continente, hacia lo Nutricio, hacia la Madre, hacia los senos de la madre, hacia el alimento de la madre, hacia el pensamiento de la madre, hacia la anterioridad de la madre.
Pascal Quignard
Morir por pensar
Último reino IX
Ed. El cuenco de plata 2015
Morir por pensar
Último reino IX
Ed. El cuenco de plata 2015
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