GEMMA PELLICER aforismos
La brevedad no es cortedad; antes bien, largueza de
compre(n)sión.
Para conocer la verdad hay que desearla tanto como
merecerla.
El infierno son los otros que se agolpan (y agazapan)
en mí.
El pasado tiene por costumbre ronronear como un gato
bien alimentado; solo si lo encaras de frente, ruge, araña y duele como el
condenado tigre que en realidad es.
Sólo hay que distanciarse lo justo de uno mismo para
volvernos fantasmales, profundamente monstruosos.
La realidad se impone siempre y, con ella, la
impostura.
La ficción restaura la realidad, cuando no la
restituye.
El aforismo es breve porque es oleaginoso. Otras veces
lo es por ser vertiginoso. En fin, el buen aforismo te mancha las manos de
vértigo.
Las verdades lo son incluso cuando nos acaban
engañando.
Contar la verdad es el contenido de toda ficción.
Acaso la confesión no sea más que una curiosa forma de
contrarrestar el confinamiento del yo.
La lucidez a menudo nos enfanga y empantana, cuando no
entierra. De ahí que nos aterre.
¿Acaso no son siempre ficción los relatos de nuestra
memoria?
El silencio es elocuente, toda vez que el diálogo va
siempre por dentro.
La búsqueda de señales por doquier nos condena a la
ceguera de los crédulos.
La imaginación pone a la realidad en su sitio.
La hipocresía es un recordatorio incómodo: fingimos
ser quien no somos para serlo al menos en falso.
Los otros son nuestras verdaderas máscaras.
Acaso la abstracción sea la única realidad palpable.
Convencido de su vergonzante falsedad, el hombre se
torna poco a poco verdadero.
Una puerta se abre. Me asomo a su interior oscuro. Las
tinieblas tienen la extraña costumbre de adoptar la forma huidiza de los
deseos.
Amamos cuando el otro está en nosotros. Cuanto está en
nosotros del otro.
Todo aforismo actúa, al fin y al cabo, como un
horizonte de sucesos. Cuanto más lejano y vasto, más clarividente e inmediata
se nos antoja su percepción.
Frente a la impostada realidad que empaña, la
impostura de la ficción que desengaña.
El lenguaje de la imaginación convierte la palabra en
realidad.
Desde que la realidad se ha vuelto fantasiosa, los
sueños son la única sensatez.
Cada vez que el deseo busca sobreponerse a la realidad,
ésta se revuelve
GEMMA PELLICER
MEDIDAS EXTREMAS
Ed. Renacimiento 2021
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