La significación precede a los datos y los aclara.
El dato se presenta desde un comienzo en tanto que esto o aquello, es decir, en tanto que significación. La experiencia es una lectura, la comprehensión del sentido, una exégesis, una hermenéutica y no una intuición.
La esencia del lenguaje a la cual los filósofos otorgan ya un papel principal-y que señala-ría la noción misma de cultura-consiste en hacer brillar, más allá del dato, al ser en su conjunto. El dato tomaría una significación a partir de esta totalidad.
La acción cultural no expresa un pensar previo, sino al ser, al cual, encamada, ya pertenece. La sig-nificación no puede inventariarse en la interioridad de un pensar. El pensar mismo se inserta en la Cultura a través del gesto verbal del cuerpo que lo precede y lo supera. La Cultura objetiva a la cual, por la creación verbal, agrega algo nuevo, lo ilumina y lo guía.
El gesto corporal no es una descarga nerviosa, sino la celebración del mundo, poesía.
El cuerpo es un sensible sentido -allí está, según Merleau-Ponty, su gran maravilla. En tanto que sentido, está todavía de este lado, del lado del sujeto; pero en tanto que sensible está ya de aquel lado, del lado de los objetos; pensar que deja de ser paralítico es movimiento que deja de ser ciego y conlienza a ser creador de objetos culturales.
La creación cultural no se agrega a la receptividad, sino que es, desde un comienzo, su otra cara. No somos sujeto del mundo y parte del mundo desde dos puntos de vista diferentes, sino que, en la expresión, somos sujeto y parte a la vez. Percibir es a la vez recibir y expresar por una especie de prolepsia.
El arte no es pues un feliz extravío del hombre que se pone a hacer lo bello. La cultura y la creación artística forman parte del orden ontológico mismo. Son ontológicas por excelencia: hacen posible la comprensión del ser.
No es pues por azar que la exaltación de la cultura y de las culturas, la exaltación del aspecto artístico de la cultura, dirige la vida espiritual contemporánea; que, más allá de la labor especializada de la investigación científica, los museos y los teatros, como en otro tiempo los templos, hacen posible la comunión con el ser y que la poesía pase por plegaria.
La expresión artística reuniría al ser en significación y aportaría así la luz original que el saber científico tomaría prestada.
La expresión artística sería así un acontecimiento esencial que se produciría en el ser a través de los artistas y de los filósofos.
Emmanuel Levinas
Humanismo del otro hombre
Ed. original francés Fata Morgana 1972
Ed. Siglo XXI 1974
Humanismo del otro hombre
Ed. original francés Fata Morgana 1972
Ed. Siglo XXI 1974
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