(MÁS ALLÁ DE LA IDEA DE OTRO, ES JUSTICIA) La filosofía se identifica con la sustitución de las personas por las ideas, del interlocutor por el tema, de la exterioridad de la interpelación por la interioridad de la relación lógica. Los entes remiten al NEUTRO de la idea, del ser, del concepto.
Por escapar a los arbitrario de la libertad, a su desaparición en lo NEUTRO, hemos abordado el YO como ateo y creado (libre, pero capaz de ascender más acá de su condición) ante el OTRO que no se abandona a la "tematización" o a la "conceptualización".
Querere escapar a la disolución en el NEUTRO, plantear el saber com un recibimiento del OTRO, no es una piadosa tentativa de mantener el espiritualismo de un DIOS personal, sino la condición del lenguaje sin la cual el discurso filosófico mismo no es más que un acto truncado, pretexto para un psicoanálisis o un filosofía o una sociología ininterrumpidas en las que la apariencia de un discurso se desvanece en el TODO.
Hablar supone una posibilidad de romper y de comenzar.
La esencia de la razón no consiste en asegurar al hombre un fundamento y poderes, sino en cuestionarlo y en invitarlo a la justicia.
El milagro de la creación consiste en crear un ser moral. Y esto supone precisamente el ateísmo, pero, a la vez más allá del ateísmo, la vergüenza por lo arbitrario de la libertad que le constituye.
Nos oponemos, pues, radicalmente también a Heidegger, que subordina la relación con el OTRO a la ONTOLOGÍA, en lugar de ver en la justicia y la injusticia un acceso original al OTRO, más allá de toda ONTOLOGÍA.
El OTRO no nos afecta como aquel que es necesario sobrepasar, englobar, dominar, sino en tanto que otro, independiente de nosotros: detrás de toda relación que pudiéramos mantener con él, que surge nuevamente absoluto.
Es la manera de recibir de un ente absoluto que descubrimos en la JUSTICIA y la injusticia y que efectúa el discurso, esencialmente enseñanza.
Emmanuel Levinas
TOTALIDAD E INFINITO
Ed. Sígueme 2006
(págs. 110-112)
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