viernes, 18 de febrero de 2022

Linda Pastan, hay poemas que nunca se escriben

 HAY poemas

que nunca se escriben,

que sólo se agitan de un lado a otro

de la mente

como escritura aérea

en un día tranquilo:

lentamente la primera palabra

se deja llevar hacia el oeste,

las últimas letras se disuelven

en la lengua,

y lo que se deja

es el azul puro

de la intuición, sin nubes

ni consuelo.


Linda Pastan

Ed. Igitur 2021

sábado, 12 de febrero de 2022

Levinas Dios ética oración

 Dios no reina más que por la interposición de un orden ético, ahí donde un ser responde de otro. El mundo es, no porque persevere en el ser, no porque ser sea su propia razón de ser, sino porque puede ser justificado mediante la mediación de lo humano. Lo humano es la posibilidad de un ser-para-el-otro. Es la justificación de todo exisir.

De manera que la horación, llamada en hebreo "servicio del corazón", o incluso "trabajo del corazón" (la expresión, de nuevo aquí, es literal) designa la edificación de los mundos o la reparación de las ruinas de la creación... no es una petición, sino un ofrecerse, un "derramarse de su alma" (Haim de Volozina, Nefesh Hahaim)


Emmanuel Levinas

En la hora de las Naciones

Lecturas talmúdicas, ensayos y conversaciones

Eds. Sígueme 2019

Filosofía, traducción, fragmentos

 La filosofía es la forma de la batalla contra lo que está institucionalizado o cercado, porque filosofar es traducir y poner de manifiesto lo intraducible (lo que no puede ser traducido y, sin embargo, tiene que serlo).


(Petar Bojanić)


Una traducción debe incorporar amorosamente y con detalle el modo de significación del original, haciendo así que original y traducción sean reconocibles como fragmentos de un lenguaje mayor, así como los fragmentos son parte de una vasija...


La libertad se hace patente en el idioma propio por amor del lenguaje puro. La misión del traductor es rescatar ese lenguaje puro confinado en el idioma extranjero, para el idioma propio, y liberar el lenguaje preso en la obra al nacer la adaptación.


(Walter Benjamin)


viernes, 11 de febrero de 2022

Rosenzweig, sentido común, espera

 El sano sentido común está desacreditado entre los filósofos... asombrarse quiere decir pararse, quedarse paralizado. Pero el hombre común no se detiene ahí. El río de la vida lo carga a cuestas, sólo tiene que esperar... seguir viviendo. El filósofo no puede esperar. Su asombro no es distinto del asombro del hombre común. Ahora bien, no deja que las cosas alcancen esa disolución de la rigidez que la vida va a traer consigo... con el espetón de la pregunta ¿qué es?, que la sustrae al tiempo, y se hundirá aceleradamente a través del estadio intermedio de su concepto universal en el gris uno y universalísimo de la cosa en general...


Rosenzweig

martes, 8 de febrero de 2022

Ernesto Sábato, Ferdydurke, Gombrowicz

 Para Gombrowicz el combate capital del hombre se libra entre dos tendencias fundamentales: la que busca la Forma y la que la rechaza. La realidad no se deja encerrar totalmente en la Forma, el hombre es de tal modo caótico que necesita continuamente definirse en una forma, pero esa forma es siempre excedida por su caos. No hay pensamiento ni forma que pueda abarcar la existencia entera (y de ahí, como yo decía antes, la imposibilidad de sustituir la expresión poética o mágica de la existencia mediante el puro pensamiento abstracto). 


Y esta lucha entre esas dos tendencias opuestas no se realiza en un hombre solitario sino entre los hombres, pues el hombre vive en comunidad, y vivir es con-vivir; siendo las formas que adopta la consecuencia de esa ineluctable convivencia. (De paso, y como me hace notar mi mujer, esa tenaz y cálida necesidad que Gombrowicz siente por la comunicación lo aleja del existencialismo negativo de un Sartre, para acercarlo, curiosa e inesperadamente, al pensamiento de un escritor como Saint-Exupéry.)


No creo demasiado arbitrario aducir que ese combate es el que eternamente se ha librado entre el espíritu dionisíaco y el espíritu apolíneo, siendo la existencia del ser humano un como equilibrio (inestable) entre ambos, en virtud de esa ley psicológica, ya entrevista por Heráclito, de la enantiodromia, reguladora de los contrastes. 


Tampoco creo arriesgado suponer que lo que Gombrowicz llama la Inmadurez no es otra cosa que el espíritu dionisíaco, la potencia oscura, que desde abajo, como fuerza inferior (en el sentido psíquico y hasta teológico del vocablo, no en el sentido ético) presiona y a menudo rompe la máscara, es decir la persona, la Forma que la convivencia y la sociedad nos obliga a adoptar (una y otra vez, porque nos es imposible sobrevivir sino mediante máscaras o formas). 


Y así como la Inmadurez es la vida (y por lo tanto la adolescencia, el circo, el absurdo, el romanticismo, la desmesura y lo barroco), la Forma es la Madurez, pero también la fosilización, la retórica y en definitiva la muerte; una muerte (curiosa dialéctica de la existencia) que nos es imprescindible para vivir y entendernos.

...

Esta angustiosa lucha entre extremos opuestos, esta esencial antagonía del espíritu humano, se trasluce en Ferdydurke...


Del prefacio de Ernesto Sábato

a la edición en castellano

de FERDYDURKE

de W. Gombrowicz