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lunes, 15 de julio de 2019

ALTERIDAD Y NO COMPRENSIÓN:  RECONOCIMIENTO

La gran idea de Levinas es que la relación con el otro no se puede reducir a la comprensión y que tal relación es ética, por lo que la experiencia de lo que pensamos asume la estructura de un yo o un sujeto.

Lo que equivale a decir que las otras personas tienen algo, una dimensión de separación, de interioridad, de secreto o de lo que Levinas llama “alteridad", que escapa a mi comprensión. Aquello que excede los confines de mi conocimiento requiere reconocimiento.

Yendo un poco más lejos, se podría afirmar que el fracaso en reconocer la separación del otro respecto de mí puede llegar a ser el origen de una tragedia. Tomemos el ejemplo de Cavell con el Otello de Shakespeare. La mayor parte de la gente diría que Otello mató a Desdémona porque creyó que sabía que ella le había sido infiel. Movido por su propio monstruo de ojos verdes y. por las astutas intrigas de lago, Otello asesina a Desdémona. Ahora bien, si la consecuencia del presunto saber de Otello resulta ser trágica, ¿en qué consiste la moraleja de esta tragedia? Puede decirse que simplemente consiste en que en definitiva no podemos saber todo sobre otra persona, incluso -y acaso más aun- cuando se trata de la persona que amamos. Esto significa, pienso, que en nuestra relación con los demás tenemos que aprender a reconocer lo que no podemos saber y que el fracaso en esto fue la trágica falla de Otello.

El fin de la certeza puede ser el comienzo de la confianza.

En este sentido, la lección de la tragedia shakespeareana y de las enormes tragedias humanas del siglo xx es que hay que aprender a reconocer lo que uno  puede saber y respetar la separación o lo que Levinas llama la trascendencia del otro, una trascendencia que es muy de este mundo y que no forma parte de un misticismo supramundano.

Si el otro se pierde en la multitud, su trascendencia se desvanece. Para Levinas, una relación ética es aquella en la que doy la cara ante otra persona. Es esa relación con el otro la que se perdió tanto en el hecho mismo del antisemitismo Nacionalsocialista como en sus apologías filosóficas.

Tal  como  le  gustaba  decirlo,  su  filosofía  puede  resumirse  íntegramente  en  estas  sencillas  palabras:  "Aprés  vous,  Monsieur”  ("después de  usted,  señor”).  Esto  es,  por  medio  de  actos  cotidianos  y  bastante triviales  de  civilidad,  hospitalidad,  amabilidad  y  cortesía,  los  cuales tal  vez  hayan  recibido  muy  poca  atención  de  parte  de  los  filósofos.

Son  tales  actos  los  que  Levinas  califica  de  “éticos”. 

Ahora  bien,  ojalá  no  sea  necesario  decir  que  el  logro  de  esta  relación  ética  con  el  otro no  es  sólo  una  tarea  de  la  filosofía,  sino  que  es  una  tarea  filosófica: la  de  entender  lo  que  podríamos  designar  como  la gramática moral de  la  vida  cotidiana  y  tratar  de  enseñarla. 

El  otro  no  es  meramente  un peldaño  en  la  escalera  filosófica  que  conduce  a  la  verdad  metafísica. Y  quizá  la  auténtica  fuente  de  admiración  con  la  que  comienza  la  filosofía,  como  lo  señalara  Aristóteles,  no  sea  mirar  el  cielo  estrellado, sino  mirar  al  otro  a  los  ojos,  pues  ahí  hay  una  infinitud  más  palpable, con  la  que  la  propia  curiosidad  jamás  podrá  saciarse...

Simon Critchley
Introducción a Levinas
Trad. Marcelo Burello
en
Emmanuel Levinas
Difícil libertad
Ensayos sobre judaísmo
Original Eds. Albin Michel 1963, 1976
Ed. Fund. David Calles
Buenos Aires 2005


viernes, 8 de febrero de 2019

Romanticismo adolescencia y finitud

Podría concebirse el romanticismo como el descubrimiento de que lo cotidiano es un logro excepcional. Llámese el logro de lo humano.

Piénsese en el espectáculo de quienes son como Rousseau, Thoreau, Kierkegaard, Tolstoy y Witgenstein, yendo por ahí con la esperanza de ser ordinarios, predicando lo cotidiano como paraje de lo sublime!

¡Sólo la demencia de su egotismo, la monstrousidad del mismo, exige tales guaridas de alivio!

¡Sólo los pecadores anhelan tanto la santidad!

Si cabe decir que Rousseau ha descubierto el hecho de la niñez en el desarrollo humano, y Wordswort la pérdida de la niñez, entonces cabe decir que el romanticismo en general ha descubierto el hecho de la adolescencia, la tarea de elegir ser adulto, junto con la imposibilidad de esa tarea.

La necesidad de la tarea estriba en la elección de la finitud, que para nosotros (incluso después de Dios) significa el reconocimiento de la existencia de otros finitos, a saber la elección de la comunidad, de la moral autónoma.

La imposibilidad radica en las opciones de comunidad que han dejado los anteriores adultos, opciones que nadie podría querer, no de todo corazón.

Pero los románticos sueñan revoluciones,  y se rompen el corazón.

Y es así como adolescentes y adultos concuerdan en este punto: que hacerse adulto es crecer desde tus sueños.

Stanley Cavell
Reivindicaciones de la razón
Ed. Síntesis 2003

RECONOCIMIENTO

"El dolor de otro solo podemos reconocerlo,  No conocerlo"!CONOCIMIENTO Y RECONOCIMIENTO (S.Cavell) Tres funciones relevantes del "yo sé": (1) tenemos el "yo conozco Nueva York (el sánscrito, a la Garbo...), en tal caso conocer es haberse familiarizado con, o haber aprendido,  haberle cogido el punto a algo.

(2) Tenemos también el "sé que soy un pesado", "sé que estoy siendo infantil", "sé que lo hago tarde". Conocer (saber, digamos, tú) en estos casos es admitir, confesar, RECONOCER.

Y (3) el uso de "lo sé" para asentir a o cofirmar lo que se ha dicho o para decir que yo ya lo sabía.

El RECONOCIMIENTO va más allá que el conocimiento (va más allá no, por decirlo así, en el orden del conocimiento, sino en su requisito de que yo hago algo o revelo algo sobre la base de ese conocimiento).

Podría decir ahora que la razón de que "YO SÉ QUE TÚ TIENES DOLOR" no sea una expresión de certeza es que se trata de una respuesta a esta exhibición; constituye una expresión de COMPASIÓN ("sé por lo que estás pasando"; "he hecho todo lo que está en mi poder").

¿Pero por qué se expresa la condolencia de esa forma? Porque tú sufrimiento hace una reivindicación sobre mí.

No basta con que yo sepa (tenga certeza de) que tú sufres; debo hacer o revelar algo (cualquier cosa que pueda hacerse).

En una palabra, debo RECONOCERLO, de otro modo, yo no sé qué significa, qué es "tener (tú o él) dolor" (este es un reconocerlo a ti".

Stanley Cavell
¿Debemos querer decir lo que decimos?
Un libro de ensayos.
Ed. Univ. Zaragoza 2017
Cambridge Univ. Press 2002